
Para que sepamos conciliar
verdad con caridad
y así no causar daño
innecesario a los demás;
para que seamos pacientes
ante la adversidad;
para que reine en nuestras vidas,
a pesar de todo pesar,
irreductible la alegría;
para que a nadie le falte
el calor de la amistad;
para que todas las bobadas
que entroniza la vanidad
sean desterradas
al país del nunca jamás;
para que al mirar al cielo
veamos el más allá;
para que no odiemos
más que al demonio y al mal;
para que la envidia troquemos
por capacidad de admirar;
para que perdonemos,
perdonemos siempre,
como Cristo
nos enseñó a perdonar;
para que nuestros buenos deseos
los haga Dios realidad,
yo alzo mi copa y brindo
a vuestra salud.
¡Feliz año nuevo!
Andrés García-Carro