
He llegado a oír que algún político español ha dicho, ”el único ser digno de adoración es el hombre”. ¿El
becerro de oro ha sido sustituido por una estatua del hombre?. Una afirmación que, sinceramente, me
puso los pelos de punta. Aunque, por otro lado, no me sorprende, la masonería, ”religión” del maligno,
campa a sus anchas entre los mayores partidos españoles defensores, de la gran creación masónica,
(herramienta de infiltración de la Criptocracia), el liberalismo, asentada esta doctrina en conceptos
erróneos.
Más o menos, desde finales del XVIII, se nos está queriendo convencer, poco a poco, de que todo lo que
piensa y hace el ser humano está bien, sin apenas marcar unos límites, pues como es una especie de
Dios… tremendo. Los límites morales, naturales y razonables, son como una especie de ”ataduras que
nos esclavizan” y por eso se debe liberar el hombre de ellos. Tela marinera esta filosofía de Rousseau.
Tampoco olvidemos la filosofía del ”amigo” Nietzsche con la para mi, espeluznante teoría del
”Superhombre” y sobre todo esa afirmación, también espeluznante, de ”Dios ha muerto”. Por cierto,
masones los dos.
Esa es, una de las principales razones por la cual se cometen las aberraciones contra el orden natural
que se cometen desde hace tiempo. Abortos indiscriminados, vientres de alquiler, fomento del
movimiento LGTBI, feminismo radical, corrupción, materialismo y consumo desenfrenados, egoísmo,
insolidaridad, individualismo, todo esto apuntalado, mediante una ingeniería social atroz, fomentado,
¿por quien va a ser?, por la banca internacional luciferina.
Dios nuestro Señor, creó una ley inmutable, para mantener ese llamado orden natural y esta ley,
(vulnerada, por desgracia, casi constantemente en nuestros días), reflejada en las Sagradas Escrituras,
ha sido protegida por la Iglesia Católica durante siglos y es la que también deben proteger los gobiernos
de los Estados, cosa que parece que hacen cada vez menos, al estar al servicio de la masonería.
Pero esto, en el fondo, es una rebelión y no es de ahora, lleva desde la creación del hombre.
Lucifer, el gran mentiroso, que es real, aunque nos hagan creer lo contrario, está en rebelión contra Dios
desde el principio de los tiempos (el mal no descansa) y quiere utilizar a los hombres, como arma
arrojadiza contra el Señor, para intentar suplantarle.
Pretenden convertirnos en una especie de idólatras ignorantes y desquiciados, para provocar una
anarquía global y así justificar un gobierno tiránico mundial, a los mandos del cual se pondrá
el anticristo, rodeado de su corte de esclavos plutócratas desalmados.
Debemos extirpar el liberalismo, esa creación masónica, que es como un ”veneno” que intoxica y
destruye a la sociedad e introducir la sana doctrina cristiana desde las aulas hasta las mismas
instituciones del Estado, colaborando estrechamente con la Iglesia Católica en ello.
Iván Guerrero Vasallo
Muy buen diagnóstico. Pero el problema que tenemos es que la Masonería ha infiltrado la Iglesia Católica desde la cúspide. Tendrá que hacerlo la Iglesia Remante. Los pocos cardenales, obispos, sacerdotes y laicos que quedamos fieles a la perenne Doctrina de Jesucristo y hoy anatemizados.