
En 1897 España se encontraba inmersa en 2 durísimas guerras coloniales en Cuba y
Filipinas. La de Cuba absorbía el esfuerzo principal. España había enviado allí 200.000
hombres desde el inicio de la sublevación en 1895. Pero también la guerra de Filipinas
estaba en situación difícil y fue necesario enviar 30.000 soldados desde la Península
La sublevación filipina había comenzado a mediados de 1896 y durante el periodo del
ineficaz general Blanco como gobernador se extendió la rebelión que contaba con
70000 tagalos en armas.
En diciembre de 1896 Blanco fue sustituido por el competente y combativo general
Camilo Polavieja: “Comprendo la impaciencia del país. Comprendo también el peso
de mi responsabilidad. Ambas ideas determinan mi conducta”. Con estas decididas
palabras a la prensa Polavieja dejaba claro que pretendía llevar a cabo operaciones
militares mucho más contundentes contra la guerrilla filipina.
Polavieja planeó una gran ofensiva contra la línea de Silang, un conjunto de poderosas
fortificaciones que los rebeldes tenían en la provincia de Cavite en la isla de Luzón,
cerca de la propia Manila. La capital filipina estaba de hecho sometida a un virtual
asedio por parte de la guerrilla.
Tras dos meses de concienzuda preparación el 15 de febrero empezó la ofensiva. La
brigada del general Galbis lanzó un ataque de distracción en el delta del río Zapote
amenazando el camino de Bacoor. Las cañoneras de la Marina bombardearon las
posiciones tagalas y amagaron un desembarco en Noveleta.
Era una gran maniobra de distracción para encubrir el ataque principal de la división
del general Lachambre con 10000 hombres directamente hacia Silang. Su brigada del
comandante Cornel fue la primera en atacar la línea enemiga junto con la media brigada
del general Zabala. El general Marina con sus tropas cruzó el río Zapote por dos puntos
distintos engañando al enemigo.
La mayor parte de las líneas enemigas fueron envueltas en una gran operación de
flanqueo evitando un costoso ataque frontal. Finalmente las tropas del general Marina y
de la brigada Cornel se lanzaron a la bayoneta contra las trincheras principales de la
línea de Silang.
Después de dos horas de duro combate los rebeldes filipinos se desbandaron y fueron
arrollados por nuestras tropas y machacados por la artillería. Los tagalos lucharon
valientemente pero fueron arrollados por la superior potencia de fuego española.
Murieron 600 katipunans o rebeldes filipinos y miles se rindieron. Todavía quedaban
10 meses de dura campaña hasta que los rebeldes se rindieron en diciembre pero el
general Polavieja había demostrado su determinación.
En Manila, miles de personas, españoles y tagalos siguieron atentamente la batalla pues
desde la ciudad se oían claramente los disparos. En España tanto la prensa como la
opinión pública celebraron con alegría la importante victoria.
Fuentes: Campaña de Filipinas 1897. La División Lachambre. Federico Monteverde
Filipinas por España volumen 2 (1897) Emilio Reverter Delmás
Rafael María Molina Sánchez. Historiador