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Brevísima Meditación
 
La Virgen está unida a la patria por el lazo indisoluble de su origen. Razones fundacionales la vinculan a Ella, como a Hispano América toda, descubierta un día mariano –el de Nuestra Señora del Pilar- desde un navío que la reconocía Capitana –la legendaria Santa María- y por España, llamada con justicia Trinchera de la Virgen Madre.

La Virgen fue en la Argentina Conquistadora y Misionera, Expedicionaria y Navegante, Madre y Señora, Reina y Soberana. Presidió sus hazañas, cubrió sus heridas, acunó sus desvelos,acaudilló sus victorias y consoló sus derrotas.

Marianos fueron sus héroes,sus guerreros, sus mejores poetas, sus cristianos educadores, sus sencillos hombres de trabajo y  fatigas.

Marianos fueron y son sus caminos, sus templos, sus costumbres, sus rezos y canciones.

Mariano fue el saludo tempranero de los gauchos, que la veneraban diciendo, como un viril desafío:¡Ave María Purísima!

A María nombra el Puerto por el que se ingresa a su antigua ciudad capital: Santa María de los Buenos Aires.

Siempre María para el criollo. Siempre un criollo para María.

La Patria puede y debe decirle a la Inmaculada, con el Arcipreste de Hita:
 
Quiero seguir a ti
Flor de las flores.
Siempre decir,
Cantar de tus loores.
Non me partir,
De te servir
Mejor de las Mejores.
 
Entonces,en esta fiesta grande de la Iglesia en homenaje a la Madre del Señor,  recorramos juntos las principales advocaciones marianas que engalanan nuestra historia.
 
Primera Advocación
Nuestra Señora del Rosario de la Reconquista

En la epopeya contra el invasor inglés, la Virgen se hizo Reconquistadora y Defensora.

Sostuvo a los valientes que luchaban contra los herejes intrusos . Se anudó en cada puño que desgranaba padrenuestros clamando un triunfo digno; se asomó a las terrazas y se enlazó a las rejas, como atalaya infranqueable, ataviada con malvones de color rojo y gualda.

Recorrió las tropas, llevando su arenga jubilosa de cielo. Se aposentó en los cuarteles, visitó las trincheras, amortajó a los caidos. Cerro los ojos de los muertos para abrírselos en el alba de la resurrección.

Don Santiago de Liniers le prometió colocar a sus pies las banderas capturadas. Su promesa ayer cumplida, es hoy señal de orgullo y de esperanza.
Bajo la protección de la Virgen del Rosario de la Reconquista, recemos los misterios de gloria de la patria. Para no olvidar que este suelo supo ganar su señorío palmo a palmo. Y para que la memoria de aquella cruzada de raigambre española y criolla nos mantenga encolumnados y alertas.
 
Segunda Advocación
Nuestra Señora de la Merced

La mayor prueba de amor de la Virgen hacia nuestra patria, fue dejarnos su manto como bandera nacional. Mérito grande de Don Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. General de la lucha y del desvelo. Adelantado, fundador de anhelos, eternamente limpio y generoso. Por su gesto ejemplar, la Virgen de la Merced fue nombrada Generala del Ejército Argentino, y a sus plantas se le depositaron sables y bastones de mando.

También Ella, como madre ardorosa, sepultó los cuerpos muertos y dio fuerza a las almas de los vivos. Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, recemos los misterios dolorosos de la patria. Para que podamos aceptar y comprender que no hay redención sin sacrificio, ni viernes penitencial sin augurio de soles jubilosos.
 
Tercera Advocación
Nuestra Señora del Carmen

 
Nada podrá conseguirse sin la custodia de María… Lo supieron nuestros antepasados, y un día, uno de ellos la nombró Patrona y Comandante de las Armas Granaderas.

Ella presidió batallas,entre pendones, rifles, cañones y maromas. Ella salió en procesión a la vanguardia de los héroes. Ella cuidó la retaguardia en el peligro, y avanzó entre tambores y clarines. Marcaba las horas del brío y el tiempo del responso. El Angelus de la tropa la encontraba engalanada, y algunas cuerdas de guitarra le dedicaban sus sones como trofeos.

Bajo la Protección de Nuestra Señora del Carmen, recemos los misterios gozosos de la Patria. Para que nos resulte posible entender e imitar, a aquella patria épica y batalladora, que resguardaba su soberanía como se cuida la risa intacta en el rostro de la madre.
 
Cuarta Advocación
Nuestra Señora de las Islas Malvinas

En vísperas del 2 de abril de 1982, el desembarco reconquistador llevaba un nombre mariano: Operativo Rosario. Porque se había hecho tamaña travesía para señalarle al mundo, que la reina de aquellas islas no estaba en Londres, sino en el cielo. Que la única soberana de esas turbas -de esas nieves, de ese viento austral que cruje entre peñascos-  no estaba rodeada de lores y comunes, sino de arcángeles con espadas vigilantes.

La Virgen Malvinera se llamó Soledad, Angustias, Dolores,Remedios, Lágrimas. Tomó los nombres todos que, desde la vieja andalucía, asocian a María con su presencia al pie de la Cruz.  Pero también fue Generala porque aquella guerra era justa. Y Madre, porque era preciso no dejar huérfanos a los combatientes cabales. E Hija y Esposa,para que las familias que aguardaban en la lejanía, se sintieran próximas al rezarle cada día.

Sabe la Virgen que el Sur nos pertenece. Que todo es nuestro, simplemente nuestro.Y que hay que defenderlo con las armas, con la voz, con la sangre, con el cuerpo. O quedar una tarde azul y blanca definitivamente libres: muertos.
 
Bajo la Protección de la Virgen de las Islas Malvinas, recemos los misterios luminosos de la patria. Para que en medio de la oscuridad y de las sombras, el rayo de su lumbre nos anuncie que algún día volverán banderas victoriosas.
 
Quinta Advocación
Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina

“Ahora que la noche tiene profundidades sucesivas. Ayúdanos Madre.

Ahora que avanzar es solo  una pasión propia de los fuertes. Ayúdanos Madre.

Madre, que la debilidad acecha, ayúdanos. Que la esperanza se aprieta contra sí misma y sufre. Míranos, Madre.

Madre, hoy que el sacrificio se encarna en la mirada y resiste. Danos más valor. Hoy que vamos adelante cantando una corona presentida. Acuérdate, Madre…”

 “O María, Madre mia,
Virgen Santa de Luján,
Amparadme y guiadme
A la patria celestial”
 
Antonio Caponnetto
 

1 Comentario

  1. Hermosa síntesis de las advocaciones marianas que jalonaron nuestra historia patria, muchas gracias.

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