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Ya era hora de que un político español hablase de Cristo y del Evangelio en un parlamento español e incluso se permitió recitar una conocida oración de San Francisco de Asís. Esperemos que no sea la última vez que se citen con naturalidad los principios de la esencia católica de España y se empiecen a defender, sin miedo y con descaro, los grandes ideales católicos frente a las ideologías anticristianas y las leyes inicuas que vulneran la ley de Dios. Un pequeño paso de esperanza.

Francisco Serrano, jefe del grupo de Vox en el Parlamento andaluz, nombró a Cristo como un gran «revolucionario», que vivió hace más de 2.000 años». Su «revolución» no fue otra que la del amor frente al odio que quieren imponer los hijos de las tinieblas.

Y acto seguido citó a uno de los más grandes santos que ha dado la Iglesia y recitó la oración franciscana por la paz.

«Hubo otro revolucionario que vivió en el siglo XII llamado Francisco y nacido en Asís que definió perfectamente las ansias de paz y concordia que nos animan y que dijo:

– donde hay odio, que yo lleve el amor
– donde hay ofensa, que yo lleve el perdón
– donde hay discordia, que yo lleve la unión
– donde hay duda, que yo lleve la fe
– donde hay error, que yo lleve la verdad
– donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza
– donde hay tristeza, que yo lleve la alegría
– donde están las tinieblas, que yo lleve la luz»