
Recupero, por su manifiesta actualidad, el prólogo de este panfleto Católico Romano escrito el año del Señor de 2016, tras la traumática -y confirmada- apostasía de España. Todo él es un encendido aviso ante el desmoronamiento de la Patria. Una llamada al orden.
Protegeos con toda la armadura que habéis recibido de Dios, para que podáis manteneros firmes contra los engaños del diablo. Porque no estamos luchando contra gente de carne y hueso, sino contra malignas fuerzas espirituales de los cielos, que tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo lleno de oscuridad.
Ef 6.11-12
Corren tiempos propicios para Satanás. Sumida en bestial orgía de impiedad y soberbia, de lúbrico libertinaje y blasfema negación de la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, la humanidad descreída asiste a su propia e inminente ruina, plena en su levedad, con la indiferencia del insecto cegado por la luz abrasadora de la demoníaca llama. Es el signo de los tiempos: la Marca de la Bestia, la impronta del Maligno, suerte de alambre mortal que todo lo atraviesa, corrompe y malogra.
El Padre Amorth así lo ha dicho: “En el mundo se está dando una lucha: la que el diablo está llevando contra Cristo”. Y hará ya un siglo, Léon Bloy, con clarividencia meridiana, dejó escrito: “La Fe yace tan yerta que cabe preguntarse si alguna vez la hubo, y que lo que hoy pasa por tal es tan necio y hediondo que la tumba es mil veces preferible”. Pero, ¿qué está ocurriendo en este mundo nuestro? ¿Qué bacilo aniquilador e invencible se obstina en viciar las aguas de las fuentes del Espíritu? ¿Qué lepra destructiva asola el cuerpo del ser, agonizante y contuso? Desengañémonos todos, cautivos en este espacio de miseria: estas inmundas pestilencias y emanaciones cadavéricas tan sólo preludian el Apocalipsis, a cuyas puertas estamos llamando. ¿Cuándo sonará la primera trompeta? Nadie lo sabe. Mas la realidad de que algún día advendrá el inminente tono es irrefutable. Los santos, los ascetas y los místicos, los no pocos hombres y mujeres de verdadera Fe que han pasado por este calvario de santificación, bien nos han dicho la Verdad una y otra vez en sus escritos y en sus sermones. Y la Verdad es sólo Una.
El orbe en su profanada extensión ha devenido trampa y pudridero de almas, preparatorio adventicio del infierno ultraterreno, sepulcral tálamo de torturas de tantos y tantos negadores de Cristo: frívolos blasfemos, apostatas rabiosos, ateos por cuatro lecturas necias, sectarios de salón, comunistas “de la hoz y el Martini”, capitalistas conchabados con el crimen internacional, caricaturescos profesores de filosofía sin un átomo de pensamiento en la sesera, tarugos y cartománticos, una retahíla infame de charlatanes, de macacos y de profanadoras en cueros de capillas universitarias, larvas y gusanos generados por el laicismo y la democracia, laxas excrecencias de la Reforma, la Ilustración y las Revoluciones, seres dignos de toda lástima y sin otro destino potencial, acaso, que el Infierno… Santa Faustina Kowalska, en testimonio de sus visiones místicas, escribió: “He observado una cosa: la mayor parte de las almas que allí están son las que no creían que el infierno existe”. La santa lo ha escrito: ¿tendríamos nosotros, ciegos desvalidos, autoridad alguna para desmentirla? ¿Nosotros, que tan apegados estamos a la falacia de lo terreno? ¿Nosotros, que sin temor ni temblor arrastramos nuestras burdas osamentas viviendo en la Duda? ¿Nosotros, que cada día que acaba más alejados de Cristo y de nuestra Madre la Santísima Virgen María nos hallamos? ¿Alguien ríe? ¡Mejor haría en llorar!
José Antonio Bielsa
Continuará
Mensaje del LIBRO DE LA VERDAD de la Santísima Virgen:
Viernes 2 de mayo de 2014
Mi hija, cuando la gente oye la palabra «apocalipsis», puede introducirse terror en sus corazones. Esto se debe a que muy pocos están realmente informados en cuanto a lo que esto representa. Estos tiempos han sido anunciados, como la parte final del Plan de mi Padre para unir al mundo y liberarlo de las garras del maligno, que han sido su dominio durante tanto tiempo.
La señal más importante de que el tiempo está cerca será justo antes de la Segunda Venida de mi Hijo, cuando Su crucifixión sea revivida toda de nuevo. Estas serán las señales. Así como Él fue azotado, así también Su Cuerpo – Su Iglesia en la Tierra – a través de la corrupción e infestación lo será. Entonces, tal como las espinas fueron colocadas sobre Su Cabeza, así también ellas van a ser colocadas sobre las cabezas de los líderes de Su Iglesia. Las manos de Sus siervos consagrados serán clavadas, como si fuera a la Cruz, en donde ya no serán utilizadas, en los tiempos que se avecinan, como instrumentos de los Santos Sacramentos. Del mismo modo que los clavos penetraron los Pies de mi Hijo, así también, se les prohibirá a los verdaderos servidores de Dios guiar a las almas a lo largo de la verdadera Senda del Señor. La Crucifixión de la Iglesia de mi Hijo sobre la Tierra continuará hasta que ésta muera y, en ese día, el Cuerpo de mi Hijo, Jesucristo, ya no estará presente en la Sagrada Eucaristía. Cuando la Iglesia de mi Hijo sea destruida, entonces ¿qué camino van a seguir sus seguidores? Por tanto, si no seguís el Camino de mi Hijo, no seréis capaces de encontrar vuestro camino hacia Su Reino.
Cuando la Iglesia de mi Hijo haya sido tomada y el enemigo se siente en el trono, vosotros siempre deberéis manteneros fieles a mi Hijo. No seréis capaces de hacer esto, si aceptáis las leyes del mundo secular, como si fueran un sustituto de la Verdad.
El Libro de la Verdad, junto con la Cruzada de Oraciones, os mantendrá enfocados en mi Hijo. Aquellos siervos consagrados leales a Él os alimentarán con el Alimento de Vida, cuando en ninguna parte pueda ser encontrado. Para entonces, vosotros seréis capaces de contar los meses, como si fueran semanas y las semanas, como si fueran días porque, al sonido de la trompeta, la Nueva Jerusalén se levantará de las cenizas y la persecución terminará.
El apocalipsis trata de todo sobre la usurpación de la Iglesia de mi Hijo en la Tierra por Sus enemigos. Se referirá a la lucha por las almas. El castigo tratará sobre la Advertencia de Dios a la humanidad para abrirles sus ojos a la Verdad. El Ejército Remanente ayudará a mantener viva la llama de amor por mi Hijo y, al mismo tiempo, llevará un gran respiro a las almas, del castigo que, de otro modo, les ocurriría, si no fuera por la Misericordia de mi Hijo.
Vuestra Amada Madre
Madre de la Salvación
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