
Además del doctor Nathanson, que es el más conocido mundialmente, ha habido más testimonios de médicos que abortista que han tenido la gracia de la conversión al darse cuenta providencialmente de la barbarie que estaban haciendo.
Es el caso de John Bruchalski, un médico que tras realizar cientos de abortos tuvo una gracia muy especial en el santuario de la Virgen de Guadalupe en México. Ante la imagen de la Virgen oyó una voz de mujer que le decía: “¿Por qué me haces daño?” Era la primera señal de la Virgen, que pocos días después le esperaría en Medjugorje.
La madre de Bruchalski le dijo que la acompañase en peregrinación a Medjugorje. Allí una joven belga provida le dijo que sabía que la Virgen quería darle un mensaje: “Y comenzó a contar cosas sobre su vida que solo él sabía y le acabaron de convertir”.
Al volver a casa, Bruchalski explicó en el centro médico que nunca más volvería a practicar abortos.
Y mediados de los 90 comenzó a dirigir una centro de ayuda a la maternidad que con mucha caridad y dulzura evita que las madres aborten.