
En la Europa protestante, entre los siglos XVI Y XVIII, 60.000 personas acabaron quemadas en la hoguera. Alemania tuvo un bochornoso récord de 25.000.
Mientras la Europa protestante era testigo de estas barbaries en la Inquisición española fueron muy raros los casos hasta su total erradicación y fue con juicios justos, cosa que no sucedía ni por asomo en los países calvinistas y luteranos.
Esto lo podemos comprobar en los documentos de la época donde las estadísticas son abrumadoras. En 300 años de inquisición, hubo 2000 condenas a muertes en las que se les ofrecía la oportunidad de retractarse, cosa que hacía en su inmensa mayoría. Hubo algún caso contado de que casos de pertinacia en los fueron personas ejecutadas por garrote y luego quemados.
En el año 1614, la Santa Inquisición promulgó un decreto con el que se acabaron las condenas por brujería. Es de destacar que se intentó ayudar a las víctimas si hubo algún abuso, y se decretó retirar los sambenitos de los templos para evitar este estigma social.
El jesuita Fiedrich von Spee, gracias a su Cautio Criminalis, logró acabar con la hoguera para las brujas, por lo que se convirtió en uno de los grandes defensores de los derechos humanos.