
Hace un mes celebramos la Festividad de Nuestra Señora, la Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre Nuestra…
¡Cuantas veces vuelves a avisarnos, Madre, a repetirnos las palabras de tu Hijo, a rogarnos, encarecidamente, que salvemos nuestras almas!
¡Nos avisas, de nuevo, y cada vez, cual madre amorosa, de que por aquí no vamos bien, de que nos alejamos de los planes de Dios!
El mensaje de hacer oración y de hacer penitencia está muy claro. La oración que más nos pide y más querida por ella es el Santo Rosario.
La humanidad sigue sumida en grandes conflictos y miserias.
¡Pero no escuchamos!
¡No te escuchamos en Lourdes…; ni en Fátima, ni en Garabandal, ni en El Escorial, ni en Medjugore, ni en ningún lugar…!
En Lourdes Nuestra Señora tira abajo la soberbia de la ciencia, que pensaba que era la única forma de sanar a los enfermos. Sin embargo el manantial de Lourdes mostró al mundo cantidad de curaciones físicas que resultaron inexplicables para la ciencia. Esto implicó un renacimiento de la creencia en lo sobrenatural.
A lo que también apeló Nuestra Señora Fátima, cuándo llevo a los pastorcitos a visitar el infierno y cuando realizó la danza del sol en la última aparición del 13 de octubre de 1917.
El mensaje unido de ambas apariciones es la promesa de Dios y la búsqueda del arrepentimiento de los pecadores, que si no lo hacen sufrirán consecuencias graves.
Ambas dieron profecías de un momento crítico para la civilización.
Pero en ambos casos el mensaje es optimista; y como saben, Nuestra Señora dijo en Fátima que al final su Inmaculado Corazón triunfará.
¡Feliz semana, que más feliz será si escuchamos sus maternales llamadas!
Y porque hasta el Cielo no paramos… ¡Que Dios os bendiga!
Vicente Montesinos
Garabandal también se dio en un momento crítico para la Iglesia católica y por lo tanto para la Humanidad: durante el transcurso completo del Concilio Vaticano II (las apariciones se dieron de 1961 a 1965). Hoy en día el mundo está muy mal… sobre todo por la gran apostasía; esperemos que nuestra Madre se vuelva a acordar de nosotros, aunque no me extrañaría que el aviso, el milagro (y quizás el castigo) fueran dentro de poco tiempo ya, y qué mejor regalo que el aviso profetizado en Garabandal por las niñas (una gracia increíble para nuestra salvación, conseguida por la intercesión de nuestra Santísima Madre sobrenatural, la Virgen María.