
José Luis Álvarez Santacristina, apodado ‘Txelis’, fue uno de los terroristas históricos de ETA y uno de sus máximos dirigentes, teniendo varias muertes bajo sus espaldas.
Tras pasar muchos años por la cárcel, cumpliendo condena por asesinato, hoy está verdaderamente arrepentido. “Me doy plenamente cuenta de la responsabilidad que lleva haber pertenecido durante años a ETA; Dios es testigo de que estoy profunda y sinceramente arrepentido”, fueron sus declaraciones en el momento de la conversión.
Destacan sobremanera una carta a las víctimas en donde sinceramente pide perdón. Más conmovedores son sus siete consejos para pedir perdón.
1. La petición de perdón, para ser auténtica y reparadora, debes hacerla, ante todo y sobre todo, desde el sufrimiento de la víctima, desde la conciencia del dolor generado, a veces de forma irreparable, en ella y en sus familiares.
2. Recuerda que pedir perdón de forma sincera no obliga a la víctima a tener que otorgarte su perdón, ni siquiera a escucharte. Quien pide perdón de verdad no espera necesariamente que se le otorgue el perdón, porque es consciente del daño infligido, y de la dificultad, a veces enorme, de la víctima o sus familiares para poder perdonar.
3. Aunque pedir perdón no constituye una exigencia para la víctima, puede ser una oportunidad para que la memoria del daño sufrido se asiente, se avance en la labor de duelo cuando se ha sufrido la pérdida de un ser querido o graves heridas físicas y morales, y se construya una paz reparadora.
4. Pedir perdón es un acto de humildad, pues te reconoces radicalmente falible y responsable del mal causado a alguien; no echas balones fuera, no buscas excusas: reconoces, simple y llanamente, tu error o el mal causado.
5. También es un acto de valentía porque, lejos de toda arrogancia o sumisión deshumanizante a presiones externas, te atreves a enfrentarte al mal que has provocado.
6. Piensa que pedir perdón es un acto genuinamente humano, que muestra nuestra capacidad de reconocer el daño causado ante quienes lo han sufrido. Al pedir perdón, inicias un proceso de reparación del daño y, a su vez, te reconcilias contigo mismo, con lo más profundo de tu dignidad. Eso sí, pedir perdón no responde, en primera instancia, a una necesidad psicológica o social que tengas, sino a un deber de conciencia para con tu víctima.
7. Si pides perdón, no solo pides algo, también ofreces algo, por pobre que parezca en comparación con el daño infligido: ofreces humildad, sinceridad, remordimiento y empatía con el dolor de la víctima y su familia, muestras tu pesar por el mal cometido. Y, sobre todo, manifiestas tu firme voluntad de no volver jamás a realizar un acto semejante. En definitiva, ofreces y muestras tu sincero arrepentimiento.
Es sincera y bonita… pero incluso yo le pediría algo más. Matar a alguien por motivos políticos (y además profundamente falsos) requiere el máximo dolor de los pecados. Incluso una rectificación política, que sería verdaderamente reparadora. Es posible que Txelis tenga miedo a represalias, pero aunque su arrepentimiento parece sincero sigue sabiendo a poco, recordando todo lo que fue el periodo de ETA, su maldad, su error conceptual, su mentira, su crueldad, su odio basado en falsedades, su daño a la patria auténtica que es España y un largo etcétera.
Es un perdón sincero pero quizá algo “higiénico”, algo “frío”, algo “desaborido” para poder llenar nuestros corazones de total alegría ante la victoria final de la Verdad.