
Recientemente ha entrado en vigor en Australia una ley que obliga a romper el secreto de confesión en caso de abusos sexuales a menores y que fue aprobada por el gobierno australiano. El prelado de Canberra ha declarado con firmeza que ninguno de los sacerdotes violará el secreto de confesión.
«Como obispo católico, me alegro de que hayan incluido al Clero en la obligación de informar en caso de abusos a menores. Yo mismo lo solicité antes incluso de que fuera ley», explicó Mons. Christopher Prowse, Arzobispo de Canberra
Pero para el purpurado es innegociable el tema del Secreto de Confesión, pues el de lo más sagrado que hay en la Iglesia y abrir la puerta en este caso concreto sería que a la larga no se respetase en ninguno.
El obispó recalcó que «Las confesiones son anónimas y los confesores casi siempre no saben a quien están confesando»
«Los sacerdotes de la Iglesia Católico tienen la obligación bajo pena de excomunión de no develar nunca lo que saben por confesión».
«Estamos ante una disyuntiva de muy difícil solución. O respetamos el secreto de confesión con los consiguientes problemas con la ley o asumimos la pena de excomunión»
En cualquier caso, hay que obedecer a Dios antes que a los hombres y pedimos oraciones por los sacerdotes australianos para que se mantengan firmes en no romper el secreto de confesión.