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El terror sigue estando muy presente en aquellos países en los que ir a Misa significa jugarse la vida. Lamentablemente se ha producido un nuevo atentado mortal en Burkina Faso, uno de los países más peligrosos para los seguidores de Cristo.

4 cristianos han fallecido en un terrorífico ataque contra una iglesia católica durante la celebración de la Santa Misa.

El trágico atentado sucedió en Toulfé, población muy cercana a Titao, la capital la región de Loroum. “La comunidad cristiana de Toulfé fue objeto de un ataque terrorista, mientras estaba reunida para la celebración eucarística. El asalto se saldó con la muerte de cuatro fieles”, dice una declaración de Mons. Justin Kientega, Obispo de Ouahigouya.

Ocho hombres con potentes armas irrumpieron por la mañana montados en motocicletas. Entraron a la iglesia donde la comunidad católica estaba reunida para la Misa y dispararon a discreción. Tres de ellos fallecieron en el acto mientras que otra persona murió después. También hay un gran número de heridos por arma de fuego.

Señor Jesucristo, ante cada nuevo atentado contra los cristianos por el mero hecho de seguirte, estamos “atribulados, pero no aplastados; apurados, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados…” (2Cor 4, 8s). De este modo tu vida se manifiesta en nuestro cuerpo, tu Iglesia.

Recíbelos en el lugar de la luz y de la paz; haz que su sangre, derramada por ti, ahora sea semilla de nuevos cristianos en aquella tierra; que su testimonio anime nuestro testimonio y nos fortalezca en nuestra debilidad; ayúdanos a vencer el deseo de venganza y el odio; enséñanos a confiar en tu justicia; y que tu triunfo sobre la muerte sea su victoria y permíteles gustar del árbol de la vida en el paraíso.

Cristo Resucitado, luz de todos los pueblos y salvación de todos los hombres, haznos fuertes para creer y confesar la fe en medio de la persecución y la prueba del martirio.

Concédenos que, asociados con estos hermanos, consigamos la plena alegría junto a ti que, vencedor del poder de la muerte, vives y reinas, inmortal, por los siglos de los siglos. Amén.