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Para poder discernir esto con claridad, en general primar el sentido común, que siempre ha imperado en la Iglesia, pues decía Chesteron que al entrar en la Iglesia nos debemos quitar el sombrero no la cabeza.

En general es buena una cadena de oración si es por un fin lógico y proporcionado, por ejemplo si hay un terremoto o una catástrofe debemos hacer cadenas de oración por el alma de las personas fallecidas. También podemos pedir oraciones por una persona enferma o por una necesidad concreta de un país, por ejemplo que una nación se consagre al Sagrado Corazón de Jesús.

En estos casos ya se ve que es algo razonable y católico pedir por una necesidad real con el debido respeto solicitando la acción de Dios directamente o bien a través de la Virgen o un santo.

En cambio cuando vemos que hay un componente supersticioso como diga amén 1000 veces o pase esta cadena a 3000 contactos y tal persona sanará, es señal clara que no es de Dios, pues Dios no limita su poder a las supersticiones humanas. Además de aquellas cadena que piden directamente cosas materiales sin venir a cuento hay que dudar.

En general una persona bien formada y con sentido común lo ve fácilmente, no obstante siempre puede haber alguna duda cuando el demonio es sutil en disfrazar una mala intención bajo capa de bien, en ese caso lo más prudente es consultar a un sacerdote o si tenemos algo de duda o de inquietud es señal generalmente de que no viene de Dios.

Para finalizar es bueno ser apostólico en las redes sociales fomentando cadenas de oración, Rosarios etc pero teniendo siempre cuidado de no caer en prácticas supersticiosas.