
Francia es el país occidental que más ataques a las iglesia ha recibido en los últimos meses, pero no por ello ha decaído la fe, al contrario se ha reavivado viviendo la pasada Semana Santa con más intensidad todos los oficios, no solo alrededor de Notre Dame sino en todas las iglesias de Francia.
Tras el incendio de la catedral de París Mons. Michel Aupetit, solicitó a los fieles que viviesen la Semana Santa de una manera más especial colocando una vela en sus balcones como símbolo de que “la luz puede más que las tinieblas” y de la victoria de Cristo sobre la muerte.
En la vigilia pascual 4251 personas recibieron las aguas bautismales en el país galo, que siempre es una buena noticia teniendo en cuenta que el Estado es laico y que cada vez hay más inmigrantes que no son católicos.
El 54% de los bautizados proviene de familias católicas. El 6% de los catecúmenos ha sido de religión musulmana y el 23.3% ateos. En cambio el número de conversos del judaísmo ha sido ínfimo: menos del 1%.
París, Lyon y Rennes, han sido las ciudades con mayor número de bautizados. Esto demuestra la gran tradición religiosa de Bretaña. Las cifras no han incluido a los 1885 adolescentes bautizados durante el año.