
Una joven llamada Verónica estaba haciendo surf en la costas chilenas y de repente el mar la fue arrastrando hacia dentro y con el agravante que se haciendo de noche y el mar cada vez estaba más encrespado. Pero la joven se amarró a su tabla de surf, que era la mejor manera de agarrarse a la vida, pero sobre todo a la oración y a la confianza en Dios, que había permitido eso por algo y así estuvo aguantando hasta 8 horas en las frías aguas de noche.
Los límites del cuerpo humano son mayores de los que creemos así como la capacidad de sufrimiento. Lo normal es que está historia hubiese acabado de manera trágica. Pero contra todo pronóstico acabó bien.
Intercesión del Cielo
En casa de la joven, la familia -según narró el cabeza de familia- comenzaron a rezar con mucha confianza a la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri, mujer laica del Opus Dei, que había sido beatificada en Madrid (España). Y finalmente las súplicas fueron escuchadas.
Un helicóptero del ejército chileno Chile con iluminación nocturna encontró felizmente a Verónica, cuya familia atribuye el rescate a la intercesión de la nueva beata a la que tienen gran devoción.
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