
La cristofobia es una peste que va a más y cada día se dan casos flagrantes de odio a la fe católica con agresiones y todo tipo de vejaciones a los católicos. Lo que pasa es que al ser silenciados estos hechos en la prensa oficial, mucha gente no se entera de los mismos. Por eso es importante que los medios más pequeños al menos tengamos la valentía de denunciarlo con firmeza.
Una monja de la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña de Granada fue brutalmente golpeada recientemente por un energúmeno en Granada. Le fracturó la nariz de un terrorífico puñetazo tras gritarle: «POR MONJA» Una muestra clara de odio a la fe y lo que representa para una sociedad inicua una mujer consagrada a Dios con los votos de pobreza, castidad y obediencia.
La monja valientemente ha denunciado el hecho a la Policía y ha ayudado a hacer un retrato robot. El agresor sería un hombre de unos 25 años. Esperemos que se haga justicia y caiga sobre ese criminal el peso de la ley. Basta ya de impunidad contra los que agreden a los católicos.
Recemos por los religiosos que están siendo muy perseguidos. Recordemos que la vida religiosa nace del misterio de la Iglesia. Es un don que la Iglesia recibe de su Señor y que ofrece como un estado de vida estable al fiel llamado por Dios a la profesión de los consejos. Así la Iglesia puede a la vez manifestar a Cristo y reconocerse como Esposa del Salvador. La vida religiosa está invitada a significar, bajo estas diversas formas, la caridad misma de Dios, en el lenguaje de nuestro tiempo.