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La Madre Teresa de Calcuta proclamó con valentía de manera pública la verdad sobre el crimen del aborto: “la amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten? ¿Cómo persuadir a una mujer de que no se practique un aborto? Como siempre, hay que hacerlo con amor y recordar que amar significa dar hasta que duela”.

Años después una niña de 13 años ha intentado emular a la santa hablando alto y claro contra el horrendo crimen del aborto, hecho que ha tenido gran impacto por la firmeza y personalidad de la niñas.

Nos ha conmovido ver como una niña tan joven de nombre Addison Woosley ha denunciado con firmeza el aborto, con una osada valentía y seguridad en una ambiente muy hostil con unas masas enfurecidas por el averno.

La noticia viene de Estados Unidos, concretamente la ciudad de Raleigh City, Carolina del Norte, donde se debatía la creación de un santuario dedicado a los bebés abortados, una gran iniciativa que saca de sus casillas a los defensores de la cultura de la muerte.

El discurso de Woosley fue muy sólido. De todo él destacamos las siguientes frases que cayeron como un jarro de agua fría entre muchos de los presentes, aunque hubo gente que mostró todo el entusiasmo con la niña.

En los ultrasonidos, el bebé intenta huir de los instrumentos perturbadores que intentan matarlo. La boca del bebé se abre en un grito al ser asesinada. Estos bebés están vivos. Se sienten asesinados. Les duele y no hay nada que puedan hacer al respecto. No hay manera de evitarlo. El aborto es un asesinato”.

Si piensas que el aborto debe ser ilegal, ponte de pie. Necesitamos cambiar, hay mucho cambio por hacer. Tenemos que cambiar el mundo, así que, ¡de pie y hagámoslo!”.