
El odio a la religión católica es algo contante, cuando no hay un asesinato, hay un sacrilegio o cualquier otra aberración, como el triste caso que le vamos a contar a continuación.
Recientemente ha causado un gran escándalo la mexicana Are Rojas, joven modelo que se llama a sí misma la “reina del erotismo”, que se tomó una foto desnuda en una iglesia mexicana, concretamente en la parroquia de San Cosme y San Damián.
Vivimos en una época frívola y superficial donde en muchas ocasiones los llamados influencers, tienen una gran influencia en la sociedad, pero casi siempre es para corromperla. Un santo sería el mejor influencer con su ejemplo de vida santa, de oración, penitencia y caridad sin necesidad de exponerse en las redes.
La degenerada Are Rojas colgó las fotos en Instagram y tuvo el cinismo de escribir “mi desnudez no ofende a Dios”, sino que que solo le ofenden los que matan en nombre de la religión, engañan a la gente y llevan una doble vida”.
El sacrílego hecho sucedió “al mediodía, cuando estaba el personal de la iglesia más descuidado. “Irrumpieron una mujer y un hombre en la Iglesia. La mujer se quitó rápidamente la camiseta dejando al descubierto su pecho y espalda mientras el hombre llevaba una cámara para fotografiarla”. En ese momento un sacerdote les dio un grito y la joven se asustó. Se puso la ropa y salieron del templo.
Recordemos que el sacrilegio es un gran pecado. El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios, como es el caso. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente (cf CIC can. 1367. 1376).