
Por que es algo que lo precisa el Ritual de Exorcismo con un objetivo concreto. Dar el nombre a algo o tener el nombre significa tener poder sobre ese algo. De hecho, Dios da a Adán el poder de dar un nombre a las cosas. En el momento en que el demonio revela su nombre, demuestra que está debilitado. Si no lo dice, es aún fuerte.
Muchas veces al principio no quiere decirlo y el sacerdote (con la autoridad de Jesucristo) le obliga a decirlo y el demonio tiene que obedecer pues está siempre sometido a Cristo y no tiene ningún poder sobre Él-
El nombre de cada persona se elegía antiguamente para transmitir ciertas características o cualidades morales implícitas. Cada nombre tenía un significado muy concreto y significaba un llamado. Hoy en día se da muy poca importancia al nombre y muchos padres no ponen nombres del santoral sino incluso de demonios.
Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (cf Mc 1,25-26; etc.), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar (cf Mc 3,15; 6,7.13; 16,17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne llamado «el gran exorcismo» sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia.
El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante, asegurarse , antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de un presencia del Maligno y no de una enfermedad (cf. CIC can. 1172).