
San Luis Gonzaga, breve fue tu paso
por este mundo, pero intensa tu santidad.
A todo lo mundano renunciaste desde niño
para entregarte a Dios cuidando a gente enferma
y así fuiste a morir en edad tierna
lleno de dicha, pues sabías
que ingresabas en la vida eterna.
Muchos Luises te celebran
‒y muchas Luisas, entre ellas mi madre‒
el 21 de Junio,
San Luis Gonzaga, tan pequeño y tan grande.
Andrés García-Carro