
El tráfico internacional de órganos de fetos es una siniestra realidad en la mayoría de países del mundo occidental que ha facturado más 4.4 millones de dólares, una auténtica aberración. Es un gran negocio el aborto y dentro de él comerciar con los órganos del bebé asesinado, algo terrible y que es un exponente de hasta donde puede mandar la maldad del corazón humano.
Se puede llegar a pagar 350 dólares por el hígado del bebé, 500 dólares por glándula del timo del feto y 1.100 dolares por las células cerebrales. La mayor parte de las ventas de estos órganos dieron un beneficio de más del 70%. Por los productos más demandados vease fibroblastos del riñón, que vale 375 dolares por unidad se logra un beneficio del 1,000 %, una barbaridad.
En estados como California y en algunos países como Ecuador no se permite traficar con embriones de bebés por la ley orgánica de salud. Y el propio estado multa fuertemente el tráfico de tejidos u órganos fetales. Según la Ley de este estado de los Estados Unidos, no es legal cualquier tráfico de órganos. El delito se puede llegar a sancionar con 10 años de cárcel y con sanción económica que llega al medio millón de dolares.
Ante estos hechos tan escandalosamente tristes les animamos a rezar por la vida y para que se conviertan las personas que fomentan los abortos y se lucran con este siniestra industria que tanto dinero mueve.
Oración por la vida
Padre, tú eres la fuente de toda vida. Por Jesucristo, tu Hijo, ofreces la vida eterna a todo el que la desea. Nosotros creemos en esa vida, Padre. Te damos gracias por ella y esperamos con gozo el día en que podamos compartirla contigo.
Pero hoy te pedimos por la vida humana creada a tu imagen; la vida de todas las personas del mundo entero. Por tu amor y tu misericordia, santifica y fortalece nuestros esfuerzos por lograr que se respete y dignifique el fundamento de toda vida humana, especialmente por los jóvenes de nuestro mundo. Que tu rostro brille sobre nosotros y que en ti, la humanidad entera encuentre la felicidad y el valor de vivir en ayuda mutua, haciendo de esta vida un anticipo de la vida futura que gozaremos eternamente. Amén.