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La pornografía consiste en sacar de la intimidad de los protagonistas actos sexuales, reales o simulados, para exhibirlos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la distribución de material pornográfico.

Lo primero que hay que hacer es rezar a María Santísima para que nuestro hijo salga de mal hábito. Lo segundo hacerle ver lo malo que es en cuanto ofensa a Dios lo primero y degradación personal lo segundo. Hay que mostrarse comprensivo, pero firme para hacerle ver a nuestro hijo que tiene que cortar de raíz con ese pecado tan degradante. Y por último poner los medios necesarios, si es preciso privarle del móvil y del acceso a intenet. Lógicamente a según que edades esto no es siempre posible, pero en cualquier caso la oración, la firmeza y el diálogo y el buen ejemplo pueden ayudar, así como las buenas lecturas y las buenas compañías.

El Padre Pedro Núñez en el programa «Conozca Primero su Fe Católica» de EWTN nos da unos consejos eficaces para poder vencer el vicio de la pornografía.