
CATEQUESIS SOBRE LA EXISTENCIA DEL DEMONIO
Detrás de la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios (cf. Gn 3,1-5) que, por envidia, los hace caer en la muerte (cf. Sb 2,24). La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo (cf. Jn 8,44; Ap 12,9). La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios. Diabolus enim et alii daemones a Deo quidem natura creati sunt boni, sed ipsi per se facti sunt mali (“El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos”) (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS, 800).
La Escritura habla de un pecado de estos ángeles (2 P 2,4). Esta “caída” consiste en la elección libre de estos espíritus creados que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y su Reino. Encontramos un reflejo de esta rebelión en las palabras del tentador a nuestros primeros padres: “Seréis como dioses” (Gn 3,5). El diablo es “pecador desde el principio” (1 Jn 3,8), “padre de la mentira” (Jn 8,44).
Es el carácter irrevocable de su elección, y no un defecto de la infinita misericordia divina lo que hace que el pecado de los ángeles no pueda ser perdonado. “No hay arrepentimiento para ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte” (San Juan Damasceno, De fide orthodoxa, 2,4: PG 94, 877C).
La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama “homicida desde el principio” (Jn 8,44) y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre (cf. Mt 4,1-11). “El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo” (1 Jn 3,8). La más grave en consecuencias de estas obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.
Sin embargo, el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios. Aunque Satán actúe en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y aunque su acción cause graves daños —de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza física—en cada hombre y en la sociedad, esta acción es permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo. El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero “nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman” (Rm 8,28).
Les ofrecemos uno de los exorcismos más espectaculares que hizo el P. Amorth a una posesa en Roma.
Mensaje del LIBRO DE LA VERDAD de Nuestro Señor: Posesión demoniaca y el pecado del odio
Domingo 6 de noviembre del 2011
La gente no entiende que Yo vuelvo a revivir Mi crucifixión diariamente. El dolor y el sufrimiento que Yo soporto, son causados por los pecados cometidos por las personas cada segundo del día. Soporto momentos de profunda tristeza, cuando veo a esas almas que Me ofenden grandemente a través del pecado del odio.
El odio es inculcado en los corazones de muchos y se produce debido a la infestación de satanás. Mucha gente habla acerca de la posesión demoniaca como si ésto fuera fácil de identificar. Muchísimos de Mis hijos están poseídos por satanás. No tienen que ser vistos retorciéndose por una presencia demoniaca para estar poseídos.
Él, el enemigo de la Humanidad, utiliza a sus demonios para atacar a Mis hijos. Aquellos que están en tinieblas llegan a ser presa fácil, porque ellos atraen la presencia maligna.
Una vez posesos, hijos, es muy difícil por uno mísmo dejarlo atrás. Estos desafortunados hijos quieren, por la infestación del Maligno astuta y manipulativa, infectar después a otras almas y así esto continúa.
El mal es usualmente presentado como bueno. Será muy difícil de discernirlo, excepto por esto: El comportamiento y las acciones de un alma infectada, nunca serán humildes en su naturaleza. Nunca serán generosos de corazón, parecerán generosos, pero siempre habrá una trampa. Esta trampa siempre será demandándoles cosas en ustedes, con las cuales ustedes, se sentirán incómodos.
Aléjense de éste tipo de almas. Recen por ellas, no les permitan que les absorban en el pecado. Estén alerta siempre del engañador, porque él está por todas partes en estos tiempos.
Siempre recen para mantener a esa maldad acorralada. La oración debilitará su alcance y su fuerza, como también les protegerá a ustedes.
Piensen en satanás y en sus malas obras como una enfermedad infecciosa. Tomen toda precaución para evitar estar en contacto con aquellos que portan la enfermedad. Debieran de saber que ustedes no tienen elección, entonces ármense con Agua Bendita, Crucifijos Benditos y la Medalla de San Benito. Con ésto, mantendrán a estos demonios alejados.
Estos son los momentos, hijos, en que deben rodearse, a ustedes y a sus casas, con objetos religiosos que estén benditos. Muchos se avergüenzan de ser vistos con estas cosas, por miedo a que se burlen. Esto les dará protección en su casa y son un gran consuelo en la oración.
Recuerden el demonio no solo vive en el infierno, sino que ha establecido ahora su reino en la Tierra. La oración es la única cosa que lo aterroriza y lo vuelve impotente.
La oración les sostendrá a ustedes, hijos, en los tiempos por venir.
Vuestro Amoroso Salvador, Jesucristo
Leer más: http://m.elgranaviso-mensajes.com/news/a06-nov-2011/
Sugerencia:
Dios me ha dado la gracia de participar en muchas liberaciones, y realmente no es muy recomendable que se filmen los exorcismos, ni que se fotografíen, ya que vía estos medios puede haber “posesión” en el público receptor. Por esto mismo no es recomendable ver programas en tv dónde se “cazan fantasmas” o escuchar programas de radio dónde se hablen de estos temas. Por los sentidos se puede iluminar o contaminar nuestras almas. Multipliquemos esta cultura de una sana espiritualidad. No filmar no tomar fotos!!!