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El alejamiento de Dios y la pérdida del modelo de familia católico hace que cada vez el hombre se sienta más solo y recurra a los animales de compañía para intentar paliar ese profundo sentimiento de soledad y de vacío.

Ciertamente la soledad y mucho más especialmente en las grandes ciudades es una de las causas del aumento en un 40% del número de mascotas o de animales de compañía en los últimos cinco años.

Actualmente hay 13 millones de mascotas en España de las cuales la gran mayoría son perros más del 90% y gatos 6%. Pero lo que es alarmante es que el número de mascotas supera ya al número de niños de menos de 15 años. Es alarmante el galopante envejecimiento de la sociedad española donde cada vez hay más parejas sin hijos, siendo la familia numerosa una especie cada vez más rara, en peligro de extinción.

Ya abordamos en otro artículo el triste fenómeno, cada vez más común del perrihijo que le animamos a leer si no lo hicieron.

Convertir a un perro en un hijo: la deshumanización ya está aquí

Muchas parejas jóvenes, que por su puesto conviven bajo un mismo techo sin haber pasado por el sacramento del altar, optan por no tener hijos y en su lugar sustituyen al hijo por un perrito, al que tratan con los mismos cuidados que a un bebé, mimándolo hasta extremos absurdos.

En los parques los famosos pipican (zona de esparcimiento de los perros) van ganando terreno a las tradicionales zonas de recreo de los niños. A pesar de ellos cada vez hay más perros y están más sucias las ciudades.

Paradójicamente el año pasado hubo más de 100.000 abandonos de mascotas, pues muchas personas se acaban cansando de los cuidados que requieren estos animales y no tienen ningún miramiento en dejarlos en la estacada.