
La Venida de la Virgen del Pilar a Zaragoza es una pintura característica de José Luzán, el primer maestro de Francisco Bayeu y de Goya. Con amable colorido y blanda factura rococó, Luzán representó a la Virgen María sentada sobre una nube en un luminoso rompimiento de Gloria, siendo transportada por los ángeles desde Jerusalén a Zaragoza, en carne mortal, según la devota tradición, el 2 de enero del año 40 de la Era, para aparecerse al apóstol Santiago y a los primeros siete conversos cristianos. Dos ángeles mancebos portan el sagrado pilar que dejó al apóstol como señal de su apoyo y ánimos en los comienzos de su predicación del cristianismo en Hispania. Los rayos de luz nocturna iluminan las aguas del río Ebro.
Según LA CIGUENA DE LA TORRE, el Arzobispo, el Cabildo, o ambos, han cambiado el letreto que figura encima del PILAR QUE PUSO LA VIRGEN EN SU VISITA A ZARAGOZA, desvirtuando totalmente su sentido y significado.
¿Esta es la “modernidad” en la Iglesia de Zaragoza…?