
El padre George W Rutler publicó hace un tiempo un artículo en la revista Crisis Magazine en el cual dijo que había sido noqueado y dejado sin sentido brevemente por un hombre a quien había sorprendido tratando de abrir el cepillo de la iglesia. Fue entonces cuando empezó a recibir instrucción en boxeo, la cual todavía trata de continuar alrededor de una vez a la semana.
Además dijo que su primer entrenador era un africano que dudaba en golpearlo. “Le dije que nunca podría aprender a menos que me golpeara. Él me explicó que en su país natal la gente supersticiosa pensaba que era de mala suerte golpear a un sacerdote. Esa es una superstición que no tienen en mi país”.