
Las probabilidades de tener gemelos idénticos con síndrome de Down son una en un millón y esta mamá fue uno de estos raros casos. Durante el embarazo, los médicos le recomendaron seis veces que interrumpiera el embarazo y la gente que se enteraba de su situación la bombardeó con todo tipo de condolencias antes de que sus hijitas nacieran. Sin embargo, ella vio todo como un milagro y quiso tener a sus hijitas que ahora tienen 2 años.
Rachael Prescott tiene 39 años y vive en Oregon, Estados Unidos. Desde que se enteró que estaba embarazada de gemelas idénticas, Charlotte y Annete, los médicos le recomendaron insistentemente a ella y a su pareja Cody, de 32 años, que las abortara por los problemas de salud que podrían padecer las pequeñas debido a su condición genética.
Según los especialistas, las gemelas probablemente necesitarían una cirugía a corazón abierto inmediatamente después del nacimiento debido a una enfermedad cardíaca congénita que sospechaban que se iría desarrollando. Pero Rachel tenía dudas sobre este diagnóstico ya que los médicos parecían estar más preocupados de que las mellizas tuvieran síndrome de Down y no una afección cardíaca.
Sin embargo, a pesar de todo pronóstico negativo, Rachael continuó con el embarazo y hablaba de sus hijas como si fueran milagros por las probabilidades que supone tener gemelos idénticos con síndrome de Down.
“En mi primera cita prenatal, que fue alrededor de las ocho semanas, seis especialistas revisaron los estudios y todos llegaron al mismo diagnóstico. Nos sentamos y escuchamos los argumentos de cada uno, desconcertados y preocupados por las grandes posibilidades de que nuestras niñas tuvieran síndrome de Down, y que además podrían tenían graves defectos cardíacos”.
Luego del posible diagnóstico, todos los especialistas recomendaron la interrupción del embarazo, algo que Rachael ni siquiera se le había ocurrido.
“Quería explicarles cuán lejos estaba de querer interrumpir el embarazo, pero en ese momento sólo puede quedarme sentada en silencio”.
Y fue hasta el nacimiento de sus hijas, e incluso después de dejarles en claro que quería tenerlas y que se sentía muy feliz de poder sumar dos miembros a la familia, que los médicos continuaron expresando su preocupación sobre el síndrome de Down.
A la pareja les siguieron recomendando realizar estudios adicionales, pero ellos se negaron. Tanto a Rachael como a Cody no les importaban los resultados, ellos querían ser padres a pesar de que seis médicos diferentes les sugirieron que abortara.
El síndrome de Down de Charlotte y Annette fue confirmado luego de parto con probabilidades de sufrir complicaciones médicas a lo largo de sus vidas.
La pequeña Charlotte fue sometida con éxito a una cirugía a corazón abierto a los seis meses de edad y afortunadamente, Annette nació sin ningún tipo de defecto cardíaco.