
Muchas veces nos vienen malos pensamientos hasta en la propia Misa, es algo que no debería sorprendernos teniendo en cuenta cuanto odia el maligno el Santo Sacrificio del altar.
En primer lugar lo que hay que hacer es no turbarse, teniendo en cuenta que no hay ninguna falta en sentir la tentación, solo en consentirla. Los santos han sido muy tentados y han aprendido a vencer las tentaciones con firmeza, pero con mucha paz y sin turbarse.
Lo segundo que hay que hacer es decir una jaculatoria. Puede ser muy eficaz decir Jesús en tu Confío, o María se la salvación mía…y seguir la Santa Misa con atención.
También puede ayudar algún gesto sencillo como por ejemplo besar una medallita o estampa o apretar fuertemente con nuestras manos el Santo Rosario como diciéndole a María que nos agarramos a Ella y a su pureza y no queremos ofender a su Hijo. También es bueno meditar sobre los novísimos o las penas del infierno. Igualmente ayuda la jacultaria: Señor antes morir que pecar.