
- Perdóname amigo ateo, cuando no he sido buen ejemplo para ti.
- Perdóname amigo ateo, cuando he predicado una cosa y practicado la contraria.
- Perdóname amigo ateo, por haberme puesto nervioso ese día que te quería ayudar.
- Perdóname amigo ateo, por haberte hablado mal ese día.
- Perdóname amigo ateo, en mi nombre y en el de toda mi Iglesia Católica, por cualquier error que hayamos cometido.
El Católico debe de ser buen ejemplo para los demás, pero no somos perfectos, y muchas veces cometemos errores, hipocresías, perdemos la paciencia, somos mal educados y tenemos numerosos fallos, es por ello que pedimos disculpas si a cualquier amigo nuestro que no crea en Dios, le hayamos podido perjudicar.
No obstante, debemos hacer entender a los no creyentes, que los verdaderos ejemplos que deben seguir y en quien fijarse, son Jesucristo, la Santísima Virgen y los Santos, y que en nuestra Santa Iglesia Católica hay mucha bondad y numerosas gracias en las que apoyarse.
Cada Católico en su particularidad, esta llamado a la Santidad, pero esto no se consigue de un día para otro, sino a través de éxitos y fracasos, de caídas y vueltas a levantar. Por ello hemos de hacer ver a nuestros amigos ateos, que no deben juzgar a la Iglesia ni a Dios, por los malos actos que podamos cometer, sino que deben entender que nosotros también somos humanos y pasamos dificultades, y que si juzgan nuestros errores con tanta severidad, también deberían juzgar las gracias de Dios con la misma.
Invitamos a todos los ateos a reflexionar sobre la existencia de la vida, la existencia de Dios y a que fundamenten sus decisiones valorando todos los punto de vista y no solo nuestras malas acciones, o malas acciones de alguien en particular.