El Vaticano ha tomado sus precauciones con el coronavirus en especial en relación al Papa Emérito Benedicto Xvo dado su avanzada edad y por lo tanto más vulnerable a un posible contagio.
Aunque el Vaticano no está cerca de los grandes focos de contagio del coronavirus en Italia –según los datos de Protección Civil en la región del Lazio hay 6 personas infectadas–, la Gendarmería se encarga de las medidas de prevención para frenar la infección. De la supervisión, según ha informado el portal web Il Sismógrafo, se encarga el Sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra. Medidas que se suman al continuo desmentido de los rumores que señalan al propio Papa o a dos de sus ayudantes como portadores.
Por ello, los controles de acceso en las cinco entradas a través de la muralla leonina se realizan de forma más estricta para que no pase ningún portador del virus. Además, la vigilancia se ha reforzado de forma especial en la Puerta del Perugino y la cercana casa Santa Marta. Al otro lado del Vaticano, también es estricta la vigilancia del Monasterio Mater Ecclesia, donde reside Benedicto XVI. Se han establecido normas como limitar al máximo todos los contactos innecesarios, incontrolados o sospechosos, debido a la avanzada edad del papa emérito.
Algunos empleados considerados población de riesgo ya no están acudiendo a su trabajo en el Vaticano. Es el caso de un sacerdote francés, asesor del Dicasterio para la Comunicación, que se encuentra en cuarentena tras dar positivo. Según ha informado Télam su puesto de trabajo en el Palacio Pío, al inicio de Vía de la Conciliación, ya ha sido desinfectado.
