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Julio Lancelotti, párroco de la San Miguel Arcángel de la Mocca, ha dispuesto de un espacio para “lavarse las manos, usar alcohol en gel y tomar medidas de higiene”. Según las autoridades de São Paulo, la población que vive en las calles es de 24.000 personas, 2.211 de ellas son mayores de 60 años.

En tiempos de coronavirus la solidaridad no se hace esperar. Es el caso del padre Julio Lancelotti, párroco de la San Miguel Arcángel de la Mocca, una jurisdicción ubicada en el este de São Paulo (Brasil), que ha dispuesto de un espacio para atender a habitantes de calle, que según el sacerdote “son más susceptibles a la propagación” de esta enfermedad, pues “no tienen acceso a medidas básicas de protección”.

Se trata de la Casa de atención a habitantes de calle, que el propio Lancelotti –quien también es responsable episcopal de la dimensión de personas en situación de calle– construyó con el dinero que el cardenal Paulo Evaristo Arns, el entonces arzobispo de São Paulo, recibió de un premio, en Japón, por la fundación Niwano en 1994.

Fuente: Vidanuevadigital