
San Florián, santo patrón de los bomberos.
San Florián quien vivió cerca de los años 250 d.C. y 304 d.C. fue un soldado romano que ascendió en las filas para convertirse en el más alto oficial de la provincia romana de Noricum, localizada actualmente en Austria y Eslovenia.
San Florián organizó y entrenó “un grupo elite de soldados cuyo único deber era el de combatir incendios,” de acuerdo a un panfleto titulado “La historia de San Florián” publicado por Brookline, Asociación de Bomberos de Massachusetts.
Uno de los deberes de San Florián era perseguir a los cristianos que se rehusasen a censurar a Cristo. Los castigos incluían golpizas, encarcelamiento y/o la muerte. Se negó a perseguir a los cristianos y en el 304 d.C. un inspector romano fue enviado a averiguar por qué.
Cuando este inspector le dijo a San Florián que ofreciese sacrificio a los dioses romanos, él replicó “soy cristiano y sufriré el mismo destino de los cristianos.” Después de su juicio, fue sentenciado a ser quemado en la hoguera.
De pie sobre su pira funeraria retó a sus ejecutores a seguir adelante y encender el fuego diciéndoles “escalaré hasta el cielo sobre las llamas.” Su buena disposición para morir en el fuego llevó a sus ejecutores a azotarlo y luego ahogarlo atándole tres rocas alrededor de su cuello.
Artículo adaptado de una publicación originalmente aparecida en el sitio web CatholicStand