
En defensa de Salieri
Por Carlos Marcelo Garófalo
Nos hemos acostumbrado a convivir con cuantiosas mentiras instaladas como verdad. Alcanza con que algo se repita muchas veces para que quede instalado como verdadero. Y si viene en formato multimedia, mucho más.
En el mundo cultural también han quedado instalados determinados preconceptos que jamás han sido desmostrados. Lo sabemos y lo vivimos a diario. Particularmente quiero hacer referencia a la “historia” creada en torno al músico Antonio Salieri.
Antonio Salieri (Legnano 1750 – Viena 1825) fue un compositor, director de orquesta, y maestro dedicado a la ópera en Viena.
La narrativa instalada en los años 80 nos dice, además, que fue un músico mediocre que, conociendo a Mozart, lo envidió enormemente y, en definitiva, fue su destructor y asesino indirecto. Nada menos…
¿Qué hay de cierto en todo esto? ¿Qué nos dicen los hechos?
Bueno, lo primero que hay que decir es que esta leyenda negra nace en una obra de teatro. Ésta es de 1979 (200 años después de los hechos narrados). Nadie antes había esbozado tales afirmaciones sobre la
relación entre ambos. La obra en cuestión fue creada por Peter Shaffer un dramaturgo inglés y se puso de moda por entonces. Yo la vi en su versión argentina en Buenos Aires, en 1983, protagonizada por Oscar Martínez (Mozart), Leonor Manso (Constanza Weber) y Carlos Muñoz (Salieri).
En 1984 explotó el tema con “Amadeus” el gran film de Milos Forman, ganador de dos “Oscar” a mejor película y mejor actor para F. Murray Abraham, en su rol de Salieri. Cabe decir que la película es maravillosa en cuanto tal, pero ¿cuenta la verdad?
Vayamos a lo que tiene de verdadero el relato: Mozart y Salieri se conocieron. Luchaban por lo mismo:
ser el compositor de ópera del teatro imperial de Viena. Había quienes preferían lo seguro de la música de Salieri y quienes preferían las óperas más creativas del salzburgués. Finalmente el puesto quedará para Salieri de 1788 a 1824.
¿Y lo otro?
Lo otro salió de la frondosa imaginación de Shaffer y de la exagerada puesta en escena de Hollywood.
F. Murray Abraham en el papel de Antonio Salieri en la película Amadeus de Milos Forman.
Pongamos las cosas en limpio: Salieri vivió 75 años y con Mozart tuvo una relación profesional esporádica de menos de 10 años (1782- 1791) en la Viena de los Habsburgo, en los turbulentos años en torno a la Revolución francesa. Salieri fue un excelente compositor, director de orquesta y maestro de compositores. Seguramente
no fue un genio como Mozart. No tuvo su vena inspiradora, ni su capacidad creativa, ni su precocidad única.
Pero eso no lo hace como lo pinta la obra de Shaffer…
Volviendo al mundo real. Como compositor manejaba perfectamente la orquesta, las formas y los cánones de la ópera italiana de entonces. No fue Mozart, repito, pero no fue un músico menor.
Compuso más 20 óperas, con éxito en Viena y en París (donde era requerido frecuentemente) Hizo, además, 11 oratorios religiosos, obras sinfónicas, música de cámara, vocal y para piano.
Como director de orquesta, un solo dato para valorar su capacidad: Beethoven lo elegiría para dirigir
sus conciertos para piano y orquesta, cuando él tocaba el piano. Y Beethoven era exigentísimo,
ciertamente…
También se destacó Antonio Salieri en su rol de formador de compositores. Fue maestro de
Franz Schubert y de Franz Liszt, entre otros muchos.
La prueba más seria en contra de la absurda narración de Shaffer, aparte de lo ya dicho, es que Salieri junto a varios músicos de la época ayudó a sostener económicamente a la viuda de Mozart desde 1791.
Además, fue maestro de composición de su único hijo, lo cual hubiera sido imposible siguiendo la línea
argumental de Shaffer...
La conclusión es que compitieron, sí, pero se respetaban mutuamente. Mozart, que vivió 35 años,
pasó como un rayo por la vida del más longevo Salieri. Compartieron famas y honores y no estuvieron en el mismo ámbito profesional habitualmente sino sólo ocasionalmente… Persiguieron un puesto importante
con méritos repartidos. Ahí quedo todo, luego de que Salieri quedara con el cargo de Director musical del
Teatro imperial de la ópera de Viena.
Del plan destructivo, de la estrategia homicida no hay nada de nada en la historia de la música.
Aparece recién con esta obra de teatro en 1979.
Nada de envidia malsana, homicidio premeditado ni nada de eso. ¡Pobre Salieri!
La buena vida y el recuerdo de este gran músico y maestro merecen este acto de justicia.
Salieri, descanse en paz…