
Las indicaciones de la OMS para el COVID-19 y las órdenes gubernamentales en todos los países han sido las mismas:
- es una gripe
- los ancianos no deben salir de las residencias
- se trata con paracetamol
- hay que usar respiradores
- prohibido hacer autopsias
Este protocolo equivocado (¿deliberadamente?) ha sido un disparate y el verdadero responsable de las decenas de miles de muertos entre los ancianos.
La chocante realidad es que, después de ver morir a decenas de miles de ancianos, los médicos italianos, por fin, han hecho cientos de autopsias y han descubierto, pero demasiado tarde, que:
- es una trombosis inflamatoria pulmonar, con infección bacteriana, no vírica.
- se trata con anticoagulantes, antiinflamatorios y antibióticos (acitromicina)
- Los respiradores son inútiles y peligrosos
- el confinamiento de los sujetos sanos no tiene sentido
- los ancianos fallecidos estaban al 90% vacunados contra la gripe estacional del 2019 (recuerden que el virus se llama Covid-19)
- el uso continuado de las mascarillas es peligroso porque provoca hipoxia y acidificación del cuerpo.
- los niños No son portadores de los virus
Conclusión: El Covid-19 es una operación eugenésica, gerontocida y liberticida, porque las decisiones tomadas por los gobiernos de la mayoría de los países no se han basado en estudios científicos ni evidencias clínicas, sino que han seguido protocolos erráticos y contradictorios, lanzados desde una organización financiada por un entramado de asociaciones de Bill Gates y la industria farmacéutica, fabricantes de vacunas. Todo esto es un escándalo mundial que ha causado un daño inmenso a la población, un daño psicológico, social y económico, tal vez, irreparable.
Una entrevista apasionante de una doctora valiente, Chinda Brandolino.