
16 de julio de 2020, Palacio real de Madrid.
Ante un pebetero circular, y en una coreografía que rememora las reuniones de las más oscuras sectas, el rey de España con su esposa e hijas han “homenajeado” a las víctimas que en su 90% han sido ancianos de más de 80 años que han muerto solos, abandonados, sin medicación o por mala praxis médica. Una ceremonia siniestra con embozados de negro que colocan rosas blancas entorno al ara, como dicen los masones, y esto ¿ para recordar a las víctimas de un gerontocidio o tal vez para “ofrecerlas” al Maligno? Por el contrario, George Floyd tuvo tuvo derecho a su funeral tradicional.
Los satanistas han tomado el poder y ya ni se esconden.