Obviamente, y para evitar confusiones, el presidente oficial de los Estados Unidos es Joey, de eso no hay duda, pero se están produciendo determinadas noticias que «ayudan» a poner la atención en otros personajes:
Kamala Harris está atendiendo según informan en Warroom, llamadas internacionales con jefes de estado de otros países, algo que está reservado para el presidente, al menos en los primeros contactos. Parece ser que la están preparando para atender la reunión del G8 representando a los Estados Unidos, dice Steve Bannon, pero eso también sería inusual y habría sido objeto de críticas tremendas si lo hubiera hecho Trump en su mandato.
Por otro lado tenemos a Donald Trump, quien el día del presidente volvió a su residencia de Mar-a-Lago y le recibieron miles de simpatizantes con banderas y «equipo» MAGA, además de que fue objeto de la grabación de un video por el canal RSBN que le había estado cubriendo toda la campaña.
¿Hablamos de números? El vídeo de Joey del día del presidente lo vieron no más de 40.000 personas (no hubo acto público) y hubo más «NO me gusta» que «ME gusta»,sin embargo el vídeo de Trump lo vieron más de un millón de personas y tuvo muchos miles de Me gusta y sólo algunos No me gusta, aparte de que obviamente se organizó una reunión para recibirle.
Hemos hablado estos meses de que la famosa Enmienda 25 sirve para retirar a un presidente del cargo si es que se considera que no es apto, también hemos dicho que Trump en su discurso en el muro con México dijo que Joey debería de tener cuidado de que no se le vuelvan contra él las cosas que desea contra otros. ¿No parece que haya aquí una maniobra de los propios demócratas para retirar a Joey y dejar en su puesto a la actual vicepresidenta? Ese sería sin duda el «sueño húmedo» de Bernie Sanders, que es quien realmente controla el programa del partido demócrata después del trato que hizo con Obama para retirarse de la carrera presidencial dentro de su partido.
Por otro lado, y para terminar, la presidencia la ostenta Joey, sí, pero el pueblo, la influencia, el poder de convocatoria, podríamos decir que la «presidencia real» parece seguir en manos diferentes. Veremos hacia dónde nos lleva todo ésto.
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