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Después están los calificativos que se usan contra los que disienten y no estén de acuerdo, “negacionistas” o “antivacunas”, que son los mismos calificativos que se usan en todos los idiomas. Ni un solo gobierno dice algo distinto, ni un solo gran medio de comunicación publica nada que se salga del guión establecido y todos interpretan un papel idéntico del que no se salen ni en una coma. Es como si en lugar de tratarse de un virus se tratase de algo inamovible, de algo exacto que no va a cambiar nunca.
Y aunque no nos hiciera falta verlo, estaba claro que todo estaba más que premeditado y organizado. Vean un pequeño ejemplo que ha salido a la luz en Alemania donde ha aparecido documentación en la que se dice cómo hay que actuar y qué mensaje es el que hay que enviar para que estemos aterrados por el virus y hagamos lo que nos digan que hagamos como si fuéramos un rebaño de borregos.
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