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Hoy queremos felicitar a todos los Pascuales, sólo en España más de 17.000, que celebran su santo en honor de San Pascual Baylón. Según el santoral católico hoy también es el día de otros santos que reproducimos en la siguiente imagen extraída de su web, por lo que felicitamos a todos aquellos que celebran el santo en su honor.

Pascual nació el día de la Pascua de Pentecostés, de ahí su nombre. Hijo de Martín Baylón e Isabel Yubera labradores del lugar.​ Hasta los siete años permaneció en su localidad natal, a partir de los siete hasta los veinte vivió en Alconchel de Ariza, viviendo con Martín García, un vecino del pueblo. Pascual se dedicó al pastoreo de las ovejas. En Alconchel de Ariza aprendió a leer y a escribir de manera autodidacta con la ayuda de Biblias.

Posteriormente emigró al Reino de Valencia para trabajar a cargo de don Aparicio Martínez en Monforte del Cid (Alicante). Tras el suceso conocido como «milagro de la aparición», pidió ingresar en la orden franciscana, en el convento de Nuestra Señora Orito, en Orito, una pedanía de Monforte del Cid, famosa por la sencillez de los religiosos franciscanos alcantarinos que lo habitaban. Vistió los hábitos en 1564, en el convento ilicitano de San José y profesó en Orito el 2 de febrero de 1565. Habitó en el Convento de Santa Ana del Monte en Jumilla (Murcia) del 1580 al 1583; en su estancia se conserva su celda, así como varios árboles plantados por él y otros recuerdos.

San Pascual vivió en Monforte en lo que es hoy la Ermita de San Pascual, a escasos metros del ayuntamiento.

En la pedanía de Orito (Monforte del Cid), se encuentra la conocida «Ermita de la Aparición» donde san Pascual tuvo una visión de Jesucristo en la Eucaristía. Este hecho sirvió para que la Iglesia católica nombrara a san Pascual patrón de los congresos eucarísticos. En toda la zona alicantina, principalmente en OritoMonforte del CidElcheAlicanteNoveldaAspeCrevillente y la Vega Baja se guarda una gran veneración a san Pascual, destacando el pueblo de Albatera, donde se celebra una gran fiesta en su honor.

Con una personalidad de asceta y místico, desarrolló su fe a través de la caridad fraterna, y defendió la presencia de Cristo en la Eucaristía de los ataques de los protestantes hugonotes cuando cruza Francia como mensajero del provincial de su orden.

Entre los milagros que se le atribuyen destacan la multiplicación del pan para los pobres, la curación de enfermos, el don de profecía y el que narra cómo de una piedra salió agua para unos pobres. La tradición popular afirma que muchas veces orando experimentaba tanta alegría que se ponía a bailar (por eso algunos creen que su apellido es un apodo por esta reacción característica).

Tras una vida durante la que cultiva su espíritu con la oración, la escritura y realizando los más modestos trabajos de lego en varios conventos de la zona -llamada Provincia de San Juan Bautista-, murió en el convento alcantarino del Rosario en Villarreal, en donde fue hermano refitolero y limosnero, el 17 de mayo de 1592, también Pascua de Pentecostés. La leyenda dice que tras su muerte, sucedió que, durante la Misa de réquiem, en el momento de la consagración, sus ojos se abrieron para adorar al Santísimo Sacramento.