Sin entrar a valorar las circunstancias que se dan en el conflicto entre Rusia y Ucrania, es evidente que aquí va a haber solo unas víctimas, las de siempre, los ciudadanos de a pie. Y cualquier cosa que se pueda hacer para ayudar a esas personas es loable, aunque muchos políticos lo hagan por quedar bien y para que se hable de ellos en los medios.
Pero vivimos en un país absolutamente dominado por la ideología. Nadie puede hacer nada, ni comentario alguno sin que haya otros que le saquen punta basándose, inicialmente, en la ideología que tenga quien lo diga, aunque esa iniciativa sea buena.
Y si es malo hacer esto por convencimiento ideológico, peor aún es hacerlo por dinero, porque trabajas para un medio determinado y porque solo vas a decir lo que se espere de ti… por si acaso. Y así el mequetrefe que presentaba ‘La Sexta Noche’, Iñaki López. Un auténtico pelota que está a lo que está y que hace lo que haga falta, con tal de mantener el puesto en una televisión absolutamente prescindible.
Por eso hace comentarios como los que hace. Por eso dice lo que dice. No es ya solo por pura ideología. Es que, evidentemente, la cabeza no le da para mucho más. Por lo menos no se hace sus cosas encima.
Los de la Sexticemia lo harían desaparecer. Sería aún peor.