Imaginen que cualquiera de ustedes, siendo muy benevolentes con el diputado del PP que votó a favor de la reforma laboral del gobierno, vota algo, se equivoca e inmediatamente pide, personalmente, la oportunidad de rectificar su voto. Seria lógico que se le permitiera, ¿no? Porque al fin y al cabo, el voto es personal y, en teoría, intransferible. Y eso siendo muy benevolente porque aquí lo que ha habido con la reforma laboral es un chanchulleo vergonzoso entre PSOE y PP porque los números no salían.
Pero, a pesar de todo lo que ha sucedido y demostrando que el mamoneo es inmenso, ahora el letrado mayor del Congreso de los Diputados, Carlos Gutiérrez Vicén, ha concluido el informe que le solicitó Batet y sostiene que el voto emitido telemáticamente por el diputado popular Alberto Casero era irrevocable porque no existió fallo técnico sino error material del propio parlamentario, avalando así la actuación de la presidenta de la Cámara. Es decir, todos de acuerdo con el chanculleo y la tomadura de pelo porque aquí el que manda, manda.
Y ahora resulta que nos cuentan desde el Partido Popular, muy “ofendiditos” ellos, que esa decisión se va a recurrir ante el Tribunal Constitucional que, de contestar, responderá cuando Sánchez tenga 90 años. Y mientras tanto, en España, nos hemos pasado la semana debatiendo sobre un artículo de ‘The Economist’ que nos contaba que, desde que Sánchez está en el gobierno, la democracia se ha hundido en España.
¿Pero a estas alturas necesitamos que nos diga cosas como esas ‘The Economist’?
Lo que estamos viviendo en España es una dictadura totalitaria pura y dura, en donde nos an consulado nuestros derechos y han abolido la libertad, jamás pensé que iba a vivir en una dictadura comunista tecnocratica y que le iban a meter veneno en el cuerpo inyectado para alterar el ADN cambiarlo por ADN sintético.