
Quizás todavía haya mucha gente pensando que votando a uno o a otro partido de los que conforman el panorama político español piensen que las cosas puedan cambiar. Pero por desgracia, las evidencias son tantas que cada día tenemos más claro que elegir a uno o a otro no es más que dar la vuelta a una misma moneda. Los discursos ya son casi idénticos. Lo hemos visto a lo largo de estos dos últimos años y mucho más a lo largo de estos dos últimos días.
Pero centrándonos en el PP, la cosa viene, sobre todo, desde la llegada de Rajoy a la Moncloa. Mariano puso las bases, Casado las reafirmó y ahora Feijóo las va a refrendar delante de todo el mundo sin ningún tipo de disimulo. Es más, los dirigentes del partido ya están hablando, claramente, de “entendimientos” con el PSOE. ¿Cómo se lo venderán a sus votantes? ¿Y estos lo comprarán? Seguramente, bastantes de ellos sí.
Y ahora llega el 8 de marzo. El día en el que todo el mundo se retrata. El punto de inflexión, el momento en el que todos los años, los partidos políticos muestran su verdadera cara con el aquelarre feminista que se organiza todos los años. Del PSOE, Podemos y demás escoria política ya sabemos lo que vamos a ver. Pero es que del PP también porque cada día deja menos dudas.
En su momento, Casado le dio la patada a la incómoda y políticamente incorrecta Cayetana Álvarez de Toledo. Entonces fue sustituida por una casi desconocida Cuca Gamarra. Gamarra fue la prueba evidente de por dónde iban a ir los tiros. Aquí uno de los últimos ejemplos para que no haya ninguna duda.